Espacio Público y Privado
El discurso sobre lo público y lo privado, según Juan Carlos León, tiene importancia como el espacio privado y el espacio público dentro de una sociedad que se encuentra organizada bajo los parámetros de los campos tanto de lo colectivo como de lo individual, tomando en consideración la repercusión que tiene directamente en la sociedad; teniendo en cuenta ésto, se convive a el Estado como el vínculo principal que une las diversas características que toman en cuenta las sociedades liberales y democráticas, que son fuente de referencia más específicas de la interacción entre la sociedad, el Estado, el Gobierno y el mercado.
Dentro de este panorama, se deriva la naturaleza en la que vive el hombre, de la cual se despliega la relación y el tratamiento dentro de los espacios en los que suelen relacionarse las personas en la sociedad, abriendo pauta a el análisis del espacio público y privado tomando como parámetro el aspecto político de las sociedades, lo cual determina el lugar de importancia que tienen ambos aspectos, bajo está concepción, se despliegan las formas de actuación entre los individuos ya dentro del ámbito de las políticas públicas.
Juan Carlos León observa una sociedad en constante movimiento, en la cual, los hombres son meramente sociales tanto en el espacio privado como en el espacio público, ya que se encuentra en una sociedad que esencialmente está articulada dentro de las dos dimensiones (lo público y lo privado), lo que lo orilla hacia una formación globalizada que se encarga de encasillar ambas esferas dentro de las distintas significaciones que llegaran a interpretarse de estas, desembocando en la encrucijada de ¿hasta qué punto son públicas o privadas?
La construcción de estos espacios de relación se deriva de una concepción distinta de los ámbitos de lo público y de lo privado, en el sentido de que privado es aquello que responde a lo individual y frente a lo cual el poder de decisión emana directamente de la constitución propia del sujeto, mientras que lo público implicaría una noción de conjunto, pero sobre todo una construcción abstracta que no existe por sí sola, sino que requiere de acuerdos para su existencia, incluso lo privado requiere de la existencia de lo público, es decir, del reconocimiento de aquellos que viven en sociedad en la naturaleza pública. Teniendo de esta forma, un conjunto de barreras y límites que se alcanza entre lo público y lo privado.
Partiendo de estas premisas, Barry Bozeman pone principal atención a las organizaciones públicas y su tratamiento como organizaciones conceptualmente relevantes, con la inclusión del concepto de organizaciones públicas. Otro cambio de la teoría de la Administración Pública moderna, está vinculado a la presencia de un contingente en la teoría y en la práctica que desarrollan los administradores públicos como la gerencia pública. Como aquella actividad que se orienta por la estrategia más que por el proceso; que se ocupa de lo interorganizacional más que por lo intraorganizacional, y que busca combinar la gerencia con la política pública.
La gerencia pública y las organizaciones públicas son términos que generalmente se encuentran asociados, por esta razón Bozeman expresa que la gerencia pública es en realidad una teoría de las organizaciones públicas, por consecuencia las organizaciones públicas son el objeto de estudio de la gerencia pública. De esta forma, la Administración Pública centra su estudio en las instituciones gubernamentales, en las entidades y dependencias cuya especificidad estaba dada por su carácter de autoridad oficial o gubernamental.
De este modo, el predominio teórico de la gerencia pública, es la redefinición del objeto de estudio de la Administración Pública. Esta reconceptualización del objeto traslada el interés de la teoría de las instituciones gubernamentales a las organizaciones públicas, así que el término organizaciones públicas responde a la necesidad de explicar a las organizaciones gubernamentales, privadas y sociales, como también a las relaciones que se establecen entre cada una de ellas, en el marco de una sociedad sellada por la turbulencia ambiental, el cambio rápido, el crecimiento de la complejidad, la incertidumbre y las constantes condiciones de crisis.
El término organizaciones públicas simboliza, para la gerencia pública, la necesidad de adaptarse a los cambios organizacionales y contextuales en los diversos órdenes de la vida. Estos cambios se encaminan al orden económico, político, social y cultural, como factores constituyentes de un proceso de transición con distintos objetivos y referencias, los cuales van desde un modelo de sociedad capitalista hasta una sociedad poscapitalista, transitando de una sociedad tradicional a una sociedad postradicional, pasando por una sociedad moderna a una sociedad posmoderna, y de una sociedad industrial a una sociedad postindustrial. El concepto de organizaciones públicas intenta captar los cambios en las estructuras, los ambientes y los objetivos que envuelven a las organizaciones gubernamentales, sociales y privadas.
Las organizaciones híbridas combinan orientaciones y objetivos de carácter público y privado. Este principio se aplica a los tres tipos de organizaciones: gubernamentales, privadas y sociales. En este sentido, además de realizar sus tradicionales funciones de interés colectivo, las organizaciones gubernamentales en ocasiones pueden participar en el mercado económico. Por otro lado, las empresas privadas, asumen más funciones de bienestar social a través de un conjunto de políticas de beneficio colectivo hacia sus trabajadores. Mientras que las organizaciones sociales adquieren mayor importancia respecto a algunas funciones en el ámbito de la asistencia social.
Lo más importante de las organizaciones híbridas es que, al conjuntar organizaciones de los tres tipos, éstas reúnen en sus procesos y estructuras objetivos de carácter público. Desde el punto de vista histórico, el origen y el auge de las organizaciones híbridas reflejan un momento fundamental en el desarrollo. Así las organizaciones no lucrativas se han convertido en una especie de organizaciones intermedias entre las políticas públicas y los servicios públicos distribuidos. De esta manera, se pueden distinguir tres fuentes de beneficencia en general: el Estado (o sector público), el mercado (sector privado) y la familia.
En el plano práctico se puede observar que los contenidos de las propuestas de reforma administrativa de muchos gobiernos destacan el sentido público que deben llevar implícitas las acciones del Estado; en el plano teórico, la Administración Pública modifica sus enfoques de conocimiento para explicar los cambios que tienen lugar en la realidad social, colocándolo en lo público, lo cual se observa en conceptos como la gerencia pública y las organizaciones públicas.
La gerencia pública surgió como una solución a este modelo, ya que está orientada por los principios de la eficiencia, la ciudadanía y lo público, la gerencia pública busca encontrar desde un principio la satisfacción de las demandas de la sociedad desde una perspectiva radicalmente práctica, orientada a los problemas específicos, bajo una actitud estratégica basada en el proceso burocrático ortodoxo. Fue así como la gerencia pública se abrió paso en la gran esfera de la Administración Pública.
La gerencia pública como enfoque de conocimiento, tiene un reconocimiento de que lo público, que no necesariamente proviene de la exclusividad del gobierno. Bozeman dice que lo público está presente ahora en todos los espacios de la vida social: en las labores altruistas de las empresas privadas, en las labores solidarias de las asociaciones de voluntarios o no gubernamentales y, en las acciones que el Estado emprende en su permanente interacción con la sociedad.
Bajo este esquema, David Arellano menciona que la Nueva Gerencia Pública basa su discurso en los supuestos del paradigma neoclásico sobre el comportamiento humano: los actores sociales son fundamentalmente individuos racionales, cuyo objetivo es maximizar su beneficio propio. Supone, por lo tanto, la existencia de individuos sustancialmente egoístas que establecen relaciones sociales en una situación permanente de oportunismo. En este marco, del individualismo y las asimetrías de información, la NGP propone la creación de un proyecto social de la atomización del poder de los individuos y de sus estructuras sociales, con el fin de generar un control efectivo del oportunismo.
El objetivo es dirigir dicho oportunismo, de forma técnica-neutral y automática, hacia un comportamiento socialmente óptimo. De esta forma, la NGP sugiere una construcción institucional de los gobiernos, que tome al egoísmo como móvil principal del comportamiento humano, y a partir del cual se pueda alcanzar la eficiencia social y la justicia, es decir, la acción gubernamental capaz de equilibrar las oportunidades y opciones de los seres humanos.
Con este objetivo, la NGP propone dos tipos de innovaciones en el sector Público. Por una parte, una serie de reformas de corte para lograr un gobierno eficiente de servicios y bienes de calidad a la ciudadanía, por otra parte, impulsa un conjunto de innovaciones de carácter político, cuyo objetivo es modificar las dinámicas políticas bajo una concepción particular del comportamiento humano. Así estas reformas, buscan transformar a las democracias en sistemas más justos a partir de la generación de igualdad de oportunidades y de la autonomización del poder.
Con dicho esquema los comportamientos humanos se reducen únicamente a la búsqueda del interés egoísta y al control de la información, por lo que las relaciones sociales no son más que el manejo oportunista de información y un simple cálculo de transacciones y de beneficios. Dentro del esquema del agente principal, el egoísmo se vuelve moralmente racional y los cálculos económicos se convierten en la pieza fundamental que motiva el comportamiento humano.
La NGP no sólo constituye un discurso para mejorar la calidad del accionar burocrático da preponderancia a la gestión privada sobre la Administración Pública tradicional. En las raíces de la NGP hay una concepción definida de la naturaleza humana, a partir de la cual se establecen mecanismos específicos de una estrategia política, cuyo objetivo es construir democracias eficientes, efectivas y más responsivas de las necesidades de la sociedad. Sin embargo, tiene importantes consecuencias sobre la dinámica de la esfera pública, las cuales no pueden dejarse de lado, sobre el carácter público de las organizaciones.
También existen incentivos para que los ciudadanos y administradores actúen como agentes moralmente autónomos en un universo político liberal dominado por el individualismo posesivo, la competencia y la negociación. En este punto se visualiza el lado economicista de la NGP la cual es un conjunto de innovaciones de corte gerencialista y político, que otorga primacía teórica al egoísmo como componente principal del comportamiento humano y de la acción pública, que reduce el ethos público a una serie de mecanismos racionales e individuales para controlar el oportunismo y las asimetrías de información, a las organizaciones sociales, y que menosprecia el rol de los valores morales y del interés público.
De esta manera surge y se conecta el modelo duro de publicness que sustenta las diferencias entre organizaciones Públicas y privadas en un atributo de carácter legal: la propiedad. Esto es, toda organización que sea propiedad del gobierno es una organización pública, y toda organización de propiedad no gubernamental es considerada privada, este modelo ofrece un aspecto legal sobre el que se distinguen organizaciones de ambos sectores, lo que permite una fácil clasificación de las mismas.
Sin embargo, el modelo duro presenta limitantes importantes que no pueden dejarse de lado. Esta perspectiva no está equipada para manejar organizaciones donde el estatus formal o legal de la propiedad es ambiguo, y por lo tanto, no pueden ser clara y convencionalmente clasificadas como públicas o privadas. El modelo duro únicamente trata con tipos puros de organizaciones y omite su análisis a organizaciones híbridas y a organizaciones sin fines de lucro que no pertenecen a ninguno de estos dos sectores. Incluso, los procesos de privatización, la creación de cuasi-mercados y la interacción pública-privada, así como el surgimiento de organizaciones no tradicionales, han hecho más difícil, y quizás irrelevante, clasificar a las organizaciones como puramente públicas o puramente privadas.
Lecturas recomendadas
León y Ramírez, Juan Carlos. 2002. “El espacio privado y el espacio de lo público”. La construcción de espacios públicos en la democracia. México: IEEM-UAEMex.
Bozeman, Barry. 1998. Todas las organizaciones son públicas. Tendiendo un puente entre las teorías corporativas privadas y públicas. México: CNCPYAP-FCE.
Arellano Gault, David y Lepore, Walter. 2006. “Publicness y Nueva Gestión Pública: hacia una recuperación de los valores de lo público. Documento de trabajo 178 de la División de Administración Pública. México: CIDE.