México Posrevolucionario
|
Reconstrucción Nacional |
3.
Una transición definitiva del caudillismo al populismo estructural; el inicio
de una institucionalización, bajo una visión estadista. “Los primeros cimientos
de la institucionalización del país bajo la máscara del Maximato.”
Inmediatamente, casi instantáneamente
que Calles tuviera prácticamente todo el control sobre México olvidó su
discurso en contra del caudillismo y la defensa de las instituciones. Tras
haber embridado a la caballada revolucionaria y sin la sombra de Obregón, su
figura se agigantó. Dentro del escenario político nacional no existía nadie por
encima de él. Comenzaron a llamarlo el “Jefe Máximo de la Revolución” y le tomó
gusto al nombre. Era el nuevo caudillo. Pero no era cualquier caudillo o
más bien no era del todo un caudillo, “el
asesinato del caudillo nacional implico la desaparición de los únicos
principios de unidad y estabilidad conocidos en la tradición política, mexicana
hasta ese momento.” con
esto también desapareció la figura encarnada por Obregón quien representaba
claramente las características de los típicos caudillos teniendo una pauta de
gran relevancia en la vida política del caudillo tradicional y del nuevo
caudillo.
De esta manera también se habré una vinculación
de gran repercusión con “el caudillaje
local y el caciquismo están estrechamente ligados correlacionados y
condicionados entre sí.” lo que hace de las figuras de
Obregón y de Calles una transición muy importante y notoria en este asunto de
concientización política de la transformación de la etapa de los caudillos a la
de las instituciones; este cambio iba ligado en relación a toda una gama de características
particulares que cada uno tenía, de tal modo que “Obregón podía menospreciar a calles como militar pero nunca como político;
probablemente lo habría aplastado en el mismo terreno político de haberse dado
un enfrentamiento entre ellos, pero en lugar de combatirlo lo hizo su mejor
colaborador en la medida en que fue creciendo Obregón entre las masas.” de esta forma entre los dos se
complementaban haciendo una figura inconmensurable y privilegios aparte de que
cada uno veía un gran rival en el otro.
De esta manera la concepción del
caudillismo viene de un fenómeno político y social, postrando una forma de
dominar un país en la cual la fuerza primordial recaía en el caudillo, un líder
carismático. Se trata de un hombre que gana la legitimidad política y el apoyo
popular gracias a su magnetismo personal con el respaldo de la elite económica,
de modo que adquiría un poder absoluto y lo ejercía hasta tal grado que parecía
adueñarse del país. Que fue algo que sucedió con ambas figuras tanto como
Obregón como a Calles, pero con características particularmente diferentes en
la cuestión de la popularidad en donde pasa de ser un aspecto meramente físico
y carismático a un aspecto más estructurado y sintetizado.
Retomando la idea caciquil tenemos que “los antiguos caciques han sido sustituidos
por una diversidad de nuevos caciques que, por caminos generalmente paralelos a
la estructura y practica políticas y con bases económicas directamente
relacionadas con la explotación de sectores campesinos pauperizados aun forman
parte del escenario nacional como, imponentes representantes políticos que
ayudan a mantener las actuales formas de explotación, aun en contra de la modernización del aparato económico y del sistema político
por el que pugnan algunos sectores de la burguesía estatal gobernante.” lo que nos da la imagen de la
construcción de una transformación que se transmite en los aspectos políticos y
el uso y el manejo de estos.
De esta forma podemos concebir que esta
transición si bien no fue del todo perdida y aún sigue presente con cuenta con
las mismas características que se tenían anteriormente y de esta manera si tuvo
un gran el desarrollo de la vida política de México, en un cambio estructural
más eficiente y estructurado que permitió que se llevase a cabo un innovador
proyecto nacional.
La crisis política por la que atravesaba
la familia revolucionaria, en el poder, se hizo más severa a raíz del asesinato
de Obregón. Teniendo en cuenta que la reelección de Obregón había influido en
circunstancias de conflicto, debido a las rivalidades existentes entre el
caudillo y el líder morones, y por la manera violenta en que se eliminara a los
otros dos principales aspirantes a la presidencia, que beneficiaba a morones y
a los antirreeleccionista y, por supuesto, a Calles, quien fue el nuevo factor
de lucha enconada entre los grupos que se disputaban el poder. Calles manifestó
la idea de constituir un gran partido revolucionario que incorporara a los
miembros de las diferentes facciones revolucionarios, destinadas a controlar la
política general del país, pero reconociendo la autonomía de los partidos
locales. La idea del partido como agente institucionalizador que había quedado esbozada
solamente le faltaba que fuera aceptada por todos los hombres fuertes que
constituían a la familia revolucionaria.
De esta forma “el partido oficial cumpliría tres importantes funciones; evitar la
dispersión del grupo revolucionario; establecer un sistema pacifico de dirimir
las luchas por el poder, y finalmente, dar alcances nacionales a la acción
política para lograr las metas de la revolución, aunque estas no siempre
estaban bien definidas.” Así pues sin más preámbulos Calles
comenzó el desarrollo su obra institucionalizadora durante lo que se le
denomino el Maximato, consiguió que fuera elegido Emilio portes Gil, un joven
político que no había
ocupado puesto en
alguno de su
gabinete y podía
considerarse como obregonista sin
que fuera contrario al callizo estas características lo hacían un buen
candidato para los planes de Calles, había sido gobernador en su natal en su natal
Tamaulipas, había desempeñado un
gran papel en la política. La comisión de diputados que Eligio a portes
Gil estableció que la presidencia interina se prolongara de primero de
diciembre de 1928 al 5 de febrero de 1930, lapso en el que prepararía el
proceso para la elección de un presidente.
La formación del partido fue visualizada
por Calles de una manera concisa encaminada a la pretensión de centralizar la
política mediante una maquinaria nacional que fuera controlada por una sola persona.
La declaración de principios del PNR muestra también una clara congruencia con
la filosofía de Calles. El PNR reforzaba los principios del artículo 3 constitucional
y se proponía que la educación se encauzara hacia una vigorización del
nacionalismo, el PNR proponía el fomento a la industria mexicana, proposición
en concreto consistía en brindarle protección, crear bancos emprender campañas públicas
para hacer crecer al consumo de artículos mexicanos.
Por aquellas fechas de la creación del
PNR, Calles apenas comenzaba a ser el hombre fuerte. Si bien no contaba con un
número de seguidores capaz de contrarrestar al poderoso grupo obregonista a la
hora de buscar los candidatos para la presidencia constitucional. Aarón Sáenz, un miembro de ese grupo y jefe después
de la muerte del caudillo, era considerado en los medios políticos como el
candidato idóneo, circunstancia que reconocía el presidente interino y el mismo
calles. Pero no reunía las condiciones necesarias para continuar la obra
callista, y mucho menos estaría dispuesto a permitir la injerencia del jefe máximo
en su gobierno, Calles aconsejo a portes Gil que simulara aceptar la candidatura
de Sáenz. Sáenz renuncio entonces a la gubernatura de nuevo loen y se dispuso a
preparar su campaña de 1929.
Mientras tanto porte Gil manda a llamar
a pascual Ortiz rubio, un ingeniero en minas que había participado en la
revolución a favor del carrancismo. Las razones que impulsaron a calles a
escoger a Ortiz rubio para la presidencia parecen comprensibles, las circunstancias
en las que llagaba Ortiz Rubio hacía difícil que poseyera fuerza política
propia dentro del país, de manera que no tendría más remedio que aceptar los
consejos del jefe máximo, a esta ventaja se agravaba el hecho que Ortiz era
poseedor de una indiscutible honestidad, lo que hacía aún más conveniente esta intervención
a favor de calles.
El gobierno de Portes Gil se caracterizó
desde un principio por conflictos con organizaciones obreras que habían estado
en contra de su designación como presidente interino. Los conflictos con la CROM
y otras organizaciones sindicales (comunistas, socialistas, anarquistas y católicos)
ocurrieron en el contexto de la recesión que, desde septiembre de 1929 avasalló
a la economía de Estados Unidos, con la que la economía mexicana.
En lo político, Portes Gil permitió a
Calles dar un paso fundamental hacia el Maximato, el ex presidente Plutarco
Elías Calles había sido nombrado presidente del recién formado Partido Nacional
Revolucionario PNR. Este cargo resultaría definitorio a la hora de consolidar
su poder, pues le permitió de una vez por todas acabar con las aspiraciones de
los obregonistas, convirtiéndose en el líder máximo de la política nacional.
El recién creado Partido Nacional
Revolucionario PNR tomaba protesta a Pascual Ortiz Rubio como su candidato para
las elecciones presidenciales de 1930. La elección de éste se dio en la más
absoluta oscuridad en una encrucijada que tenía bien dibujada Calles. En realidad,
su elección no tuvo otro motivo más que desarticular al obregonismo,
representado por la candidatura de Aarón Sáenz y, sobre todo, aplastar la candidatura
ciudadana de José Vasconcelos.
De
esta manera, Calles,
usando todo el
capital político del
partido que controlaba, así
como el aparato de
la administración pública federal,
encabezada por Portes Gil, inclinó
descaradamente la balanza
hacia su candidato,
asegurando la presidencia de la
República,
a pesar de
lo cual es
importante considerar otro acontecimiento marcaría la
presidencia de Portes Gil,
un levantamiento armado
que sería recordado como el último levantamiento gran levantamiento militar
que consagraría el final de la etapa de los caudillos.
La dinámica propia del Maximato, en el
que el ex presidente Plutarco Elías Calles, el autoproclamado "Jefe Máximo
de la Revolución Mexicana", mantenía cuotas
importantes de poder, hizo insostenible la presidencia de Ortiz Rubio, por lo que,
al cabo de dos años, presentó su renuncia al cargo en 1932. Antes de irse y
haciendo eco de la atmósfera de golpe de Estado que se respiraba afirmo:
"Salgo con las manos limpias de sangre y dinero y prefiero irme y no
quedarme aquí sostenido por las bayonetas del ejército mexicano".
Rodríguez ejerció la presidencia en
calidad de sustituto del 4 de septiembre de 1932 hasta el 30 de noviembre de
1934, en calidad de Presidente Constitucional Interino de México. Durante su
presidencia promulgó la reforma antireeleccionista a la Constitución, que
evitaba la reelección inmediata de todos los cargos de elección popular,
establecida a partir del 29 de abril de 1933. Reformó la Ley del Patrimonio Ejidal,
creó el Banco Hipotecado y de Obras Públicas hoy Banco Nacional de Obras y
Servicios Públicos.
Otorgó, por decreto del 2 de mayo de
1933, el completo control de cambios al Banco de México. Desde junio de 1933, Calles
había expresado la conveniencia de elaborar un minucioso programa de acción que
debería aplicarse en el siguiente periodo presidencial. El grupo cardenista logró que el Plan Sexenal
se convirtiera en un programa de transformación, tendiente a reivindicar los
principios de la Revolución, pero no de la vieja revolución sino de una nueva
concepción de la revolución de Calles.
Calles había logrado controlar como un
titiritero a estos tres presidentes y había extendido su presidencia
a la sombra de estas figuras y había encaminado a México mediante reformas, a
la institucionalización del estado, pero el panorama cambio de la noche a la
mañana y varios factores disgregaron a la asociación del Maximato en primera
instancia fue la crisis económica que altero a todo el orden social mundial y
por si fuera poco el auge que venía obteniendo Lázaro cárdenas, complicaban aún
más el desarrollo posterior de Calles en la presidencia de la república. De
esta forma “el derribamiento final del
dualismo político y la desaparición del Maximato no se van a dar por el choque
de las personalidades y grupos, sino por la consolidación de nuevas fuerzas políticas,
ahora si sociales, que había puestos en marcha los gobernadores en sus
conflictos con el centro.”
De esta manera “Calles cumplió su promesa de no regresar a la presidencia de la república,
pero el régimen del caudillaje continuo en forma por demás original. Calles
mandaba por sobre el presidente, sin responsabilidad alguna exigible
constitucional ni políticamente. Calles forzó el tiempo y el mismo alcanzo a
ser protagonista y víctima del ultimo caudillaje cuando en 1936 a petición del
presidente Cárdenas salió del país.” Visualizando claramente el fin de una
era conocida como el Maximato.
Así se observó está importante
transición en donde “los individuos somos
intercambiables y sustituibles, afirmando que en México ha terminado junto con el
caudillaje una sensación irracional acerca de los hombres predestinados.” abriendo con esto un nuevo
contexto y nuevos mitos en la concepción política del régimen mexicano.
4. La conclusión de un proyecto innovador, una nueva
institución regidora del mecanismo político mexicano, del Maximato al
presidencialismo. “La centralización de un solo poder y el inicio de una etapa
institucional.”
Dentro del contexto de la última etapa
de la presidencia de Plutarco Elías Calles podemos concretar que ese último año
fue también su primer año como dueño de México. A pesar de los presidentes
Emilio Portes Gil, Pascual Ortiz Rubio y Abelardo L. Rodríguez, las grandes
decisiones, el ejercicio del poder real, y la última palabra en materia
política provenía de la “sabiduría” del Jefe Máximo. Toda la clase política
acudía a consultarlo. Su autoridad era indiscutible y nadie la puso en tela de
juicio. Pero esto cambio de la noche a la mañana calles no logro mantener el
poder más y termino cediendo hacia las nuevas generaciones que venía arraigando
el nuevo sentido revolucionario de esta forma con Lázaro Cárdenas que no se
sometió a los mandatos del jefe máximo y concentró el poder político en la
figura presidencial.
Con la llegada de Lázaro Cárdenas a la
presidencia en 1934, el poder del Jefe Máximo se vio paulatinamente disminuido.
El general cárdenas movió las piezas de la política con mucho tacto, pero con
maestría, en dos años arrebató posiciones al grupo callista. En 1936 Calles
desapareció del escenario nacional. Luego de algunas críticas hacia las
políticas del nuevo presidente, el Jefe Máximo dejó de serlo Cárdenas lo
expulsó del país.
En mayo de 1935, Calles regresó a la
ciudad de México, luego sostuvo una larga plática con Cárdenas, pero la
situación política no cambió. El 12 de junio de 1935, Calles hizo declaraciones
para exigir que se pusiera fin a la ola de huelgas y a la división del
Congreso, ya que, en sus palabras, “por último interviene el ejército, como
consecuencia, el choque armado y el desastre de la nación”.
En suma, Calles exigía devolver su
influencia política y amenazaba a Cárdenas, en caso de no suprimir las
divisiones del Congreso, en retirarle el poder como lo habría hecho Ortiz Rubio. En respuesta, Calles solicita la renuncia de
los miembros del gabinete con filiación callista. El 16 de junio Calles se
lamentaba por sus palabras y declaró que se retiraba definitivamente de la vida
política nacional. En el Zócalo de la capital los contingentes obreros
manifestaron su apoyo a las decisiones de Cárdenas.
Lázaro Cárdenas durante su gobierno se caracterizó por el ascenso de las fuerzas
revolucionarias. Se organizaron los movimientos obrero y campesino:
Confederación Nacional Campesina (CNC) y Confederación y Trabajadores de México
(CTM), como única organización obrera. Se constituyó la Federación de
Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), medida por la que
los empleados públicos abandonan sus nexos con la CTM. Organizadas
las fuerzas sociales, Cárdenas crea en 1938 el Partido de la Revolución
Mexicana (PRM) que queda estructurado con los sectores obreros, campesino, militar
y popular burócratas, supeditados al Estado y al Poder Ejecutivo en particular
que es una transición de gran relevancia en donde es solo se sustenta un cambio
de paradigma dentro del partido que se convierte y se con sólida institución
dentro del carácter político consolidándose como la nueva maquinaria política
que si bien sufriría algunos cambios las bases establecidas y de las cueles se
fundaba el partido siempre fueron las mismas.
De igual forma Cárdenas resolvió la crisis
de autoridad expulsando en 1936 al "jefe máximo" de la nación,
Plutarco Elías Calles, por conspiración contra el gobierno lo que concreto una
transición más de suma importancia de la cual reforzó el presidencialismo y con
la creación del nuevo partido diseñó las nuevas estructuras políticas y
económicas que funcionarían sin mayores contingencias hasta finales de los años
ochenta. El lema del PRM fue: por una democracia
de trabajadores, y en la declaración de principios está la idea del proyecto de
nación reconocimiento del derecho de huelga y apoyo a los obreros,
colectivización de la agricultura, intervención del Estado en la economía
nacional y en la educación; igualdad política social de la mujer, garantía de
libertades para los indígenas, seguro social, control de precios, construcción
de viviendas populares, la no intervención en los asuntos de otras naciones, el
derecho a la autodeterminación de los pueblos y el combate a cualquier forma de
opresión y el fascismo en un cambio estructura encaminado al ámbito social pero
sin descuidar la importante transición hacia las instituciones. Pero, “dentro de los regímenes
dictatoriales post revolucionarios se deben destacar aquellos propios del
presidencialismo.
El presidencialismo se define como la hegemonía que logra el
poder ejecutivo sobre el legislativo cuando este último, en cuanto su
composición, contiene una mayoría de diputados alineados al partido que en su
momento sea el oficial.” Con respecto a la Iglesia, Cárdenas mantuvo
una política de conciliación, pero la alejó sin perseguirla, mediante la
educación socialista. Puso en marcha La Reforma Agraria a
través de repartos masivos de tierra a los campesinos. Por el Nuevo Código
Agrario 1940 se autorizó el establecimiento de ejidos ganaderos y forestales. En
1937 nacionalizó los Ferrocarriles Nacionales y en 1938 se expropiaron los
trenes de las compañías petroleras extranjeras. “El
periodo cardenista es esencial para comprender el ascenso industrial y urbano
del país ante el modernismo. Con Lázaro Cárdenas se establecen las bases del control
de los trabajadores del país, así como el sustento de las políticas del Estado
de bienestar en materia de asistencia, previsión y seguridad social.”
Durante su administración se crearon la Comisión Federal
de Electricidad, los departamentos de Turismo, de Prensa y Publicidad, la Secretaría de
Asistencia Pública 1938, el Departamento Autónomo de Asistencia Infantil 1937;
los bancos de Crédito Ejidal y Nacional Obrero de Fomento Industrial, así como
el Tribunal Fiscal de la
Federación realizando así la consagración el proyecto
institucionalización que reforzaría a la sociedad, una sociedad que aun
resentía el gran embate que había sufrido después de la revolución. Conclusiones:La
revolución mexicana debilito grandemente a la burguesía mexicana, la cual no
cuenta con la fuerza necesaria para echar andar la maquinaria del desarrollo
económico del país. Ante este vacío, el Estado viene a suplir la labor que
originalmente debe ser empresa de la burguesía mexicana, y con ello, la clase
media arriba al poder y a la dirección de la economía nacional como efecto
inminente de la revolución mexicana.
Con esto se dio un paso a nuevos
sistemas políticos de gobierno, con los que se pretendía que el pueblo se
sometiera ante el gobierno, pero de forma en que parecieran que esto era una
democracia. Estos sistemas fueron el presidencialismo, unipartidismo y
corporativismo. Pero con estos cambios, las consecuencias fueron catastróficas,
ya que, con el nuevo gobierno, se pretendía que la iglesia perdiera todo el
poder e influencia que tenía dentro de la política, esto ocasiono que la
iglesia incitara al pueblo a levantarse en armas en contra del gobierno, con
esto se dio comienzo a la guerra cristera.
Así mismo La modernidad urbana
fue un movimiento que dio paso al avance tecnológico de los aparatos
domésticos, medios de trasporte y medios de comunicación en el país, con esto
las grandes empresas comenzaron vender productos que ayudarían a la
modernización del país.
De esta forma el proceso de
institucionalización de la revolución conllevó, contrariando las ideas de
Zapata, la utilización del sistema de propiedad de las tierras, por parte de la
nueva clase de poder, como un instrumento para afirmar la propiedad privada
agraria en México, dentro del marco del sistema capitalista. El régimen post revolucionario enfrenta
problemas ya no de tipo solo estructural sino de organización social. La
existencia de caudillos, la presencia y pertenencia a extranjeros de sectores
industriales claves para el desarrollo autónomo e independiente nacionales son
un lastre que debe abatirse. La implementación de un solo partido como un único
planteamiento de oferta política, como proyecto de nación, parte del
corporativismo estatal, la impostura partidista y la postura ciega a un
desarrollo endógeno y autónomo cuyo sustento o baluarte es la revolución
mexicana.
Sin embargo, el régimen de gobierno post
revolucionario se da a la tarea de organizar socialmente el trabajo y la
producción. La cuestión no es fácil, por existe y persiste caciquismo. Así que,
de alguna, manera el corporativismo estatal y las nacionalizaciones de
industrias extranjeras, que controlan la producción en áreas que son
estratégicas para la economía, son un fundamento clave para arrancar un
proyecto de industrialización clave en el arribo al modernismo.
Lo que nos hace reflexionar sobre esta estaba de la
historia de la institucionalización de México está plagada de múltiples
momentos clave que nos adentran a distintas transiciones con la intención de
encaminar a México a un país moderno que si bien traiciono las principales
demandas de la revolución su efectividad se concretó y este régimen perdura
largamente sin importar a temporalidad y circunstancias convirtiéndose en un
partido en constante cambio que logro llevar a México a su más grande esplendor
a nivel mundial y en el cual aun después de casi 100 años todavía nos
sustentamos de un modelo político que pareciera perdurar para siempre en la
política mexicana.
Calles no había logrado llevar al
limite Cárdenas
asumió la presidencia el 1 de diciembre de 1934. Calles tenía la idea de
disponer del gobierno de Cárdenas tal y como lo había hecho en el pasado, pero
lo que sucedió fue que Calles comenzó a perder poder y autoridad. Al partir el 11 de diciembre de 1934, Calles
se confortaba con saber que había impuesto en el gabinete de Cárdenas a tres
callistas y que además había logrado que sus hijos Plutarco y Alfredo, fueran
convertidos en gobernadores de Nuevo León y Tamaulipas respectivamente; y que a
su yerno Fernando Torreblanca Contreras se le nombrara subsecretario de
Relaciones Exteriores.
“Lázaro Cárdenas
reflejo permanentemente, desde un principio, su deseo a crear su propia base de
poder político a nivel nacional intentando captarse el apoyo de los campesinos
y de los obreros.” de este modo el gobierno de
Cárdenas se consolido rápidamente y pauto ideas claras que quería reflejar en
la consagración del proyecto que Calles había apuntalado desde años anteriores.
El 13 de diciembre de 1935 Calles regresó a la ciudad de México para defender
al callismo de los ataques que estaba sufriendo; los periódicos que lo habían
adulado en el pasado, se negaron a publicar sus declaraciones. Su arribo
originó diversas protestas y la separación de algunos gobernadores, senadores y
diputados de sus cargos.
En este cambio ocurrieron diferentes
sucesos que marcarían la historia de México por completo. En este proceso se
comenzó con la ideal de pertenencia, el sentimiento de creer que el país eran
todo el pueblo, comenzaba el nacionalismo, un nacionalismo en el que la gente
se identificaba, con él se pretendía que las personas creyeran que pertenecían
al país, que, sin el pueblo, el país no era nada. Este proceso fue el que marcó
el inicio de México como nación “independiente y democrática”.
0 comentarios:
Publicar un comentario