sábado, 16 de noviembre de 2019

DE GOBIERNO A GOBERNANZA ¿NUEVAS FORMAS DE HACER DEMOCRACIA?

Gobernanza y Gobernabilidad

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Gobernanza
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Desde la perspectiva de la Administración Pública, la ineficiencia del sector público y la aparente incapacidad del gobierno para manejarse a sí mismo, constituyen el principal detonante, para mirar con perspectiva que la capacidad para responder a las demandas de la sociedad es un valor de gran relevancia para todos los sistemas de gobierno . 

Las reformas hechas al gobierno, han estado orientadas a fortalecer su capacidad para procesar las demandas de sus ciudadanos y para responder mejor a ellas. Los esfuerzos por lograr consolidar una nueva la administración pública orientada a estos objetivos han tenido el propósito de volver más eficiente el sector público. Gran parte de estas reformas, tienes si génesis y desarrollo bajo el rubro de la Nueva Gestión Pública.

Estás nuevas dinámicas se han institucionalizado en técnicas de gestión que hacen que el sector público funcione de manera semejante al sector privado, y han destacado el papel que tiene el gobierno como proveedor de servicios a sus ciudadanos-clientes. Así mismo, tales reformas han enfatizado la capacidad de dichos clientes para tomar decisiones personales sobre los tipos de servicios que quieren recibir del gobierno, así, la ciudadanía es vista en gran medida como sujeto de la acción del gobierno y como participante activo en la selección de esas políticas.

El sector público, a su vez, ha sido involucrado más directamente a la ciudadanía en la acción de gobierno y en la elección de las políticas. El término que generalmente se ha utilizado para nombrar muchos de estos cambios en el sector público es gobernanza, aunque también se emplean los de empoderamiento y gobierno participativo. La lógica que subyace en el enfoque de gobernanza, es que la mayor participación ciudadana traerá consigo mayor calidad en la tarea de gobernar.

Esta lógica se basa en parte en principios democráticos y en parte en nociones administrativas y de eficiencia. El principio democrático que subyace en la gobernanza es que la ciudadanía debe tener más influencia en las políticas que se adoptan. 

En una democracia representativa los ciudadanos tienen cierto grado de influencia, pero ésta es indirecta y esporádica, y se realiza primordialmente el día de las elecciones de los cargos que se someten al sufragio universal. La lógica es que, cuando las organizaciones se hacen más abiertas y participativas, los empleados se sienten más motivados para invertir en ellas, su tiempo, confianza y energía.

De manera similar, los mismos ciudadanos-clientes de los organismos públicos son depositarios de una gran cantidad de información. Así, de acuerdo con el argumento de la gobernanza, el sector público operará mejor si los ciudadanos-clientes, se involucran más. 

La pérdida de confianza es resultado, en parte, de la percepción de que los gobiernos están muy alejados de sus ciudadanos, por lo que desarrollar mecanismos de participación y empoderamiento se traduce al incremento de la legitimidad, que está estrechamente vinculada con las ideas populares sobre la importancia de la sociedad civil en la tarea de gobernar.

Contar con grupos sociales activos en la sociedad abre la puerta a la representación política y, aún más importante, eleva los niveles de confianza social y cooperación. Los modelos de gobernanza en la Administración Pública requieren de una población activa que pueda ser movilizada y exhortada a tomar parte en el sector público. Dentro de este modelo de administración pública tenemos que la administración actual no funciona correctamente, pero puede hacerlo si trabaja conjuntamente con los actores de la sociedad civil.

Las sociedades requieren un cierto grado de vinculación directa con el gobierno y deben existir ciertos mecanismos para definir e implementar objetivos colectivos para la sociedad. Los gobiernos deben tomar conciencia de las consecuencias que han tenido sus acciones previas y utilizar la información generada en cada ronda del ciclo de las políticas como un insumo importante para retroalimentar un sistema de mejora continua dentro de su estructura ejecutora.

En los regímenes democráticos, la autoridad proviene de un proceso electoral, mientras que en los regímenes no democráticos puede derivar del control de los instrumentos de fuerza en la sociedad, o quizás simplemente de la tradición. En ambos casos, se considera que la burocracia pública debe responder a sus jefes políticos nominales y que el ejercicio de la rendición de cuentas debe ser prevaleciente por parte de los servidores públicos. 

Ademas esta forma de gobernar tendía a depositar la mayor parte de la capacidad de gobernar en las instituciones centrales del Estado y, por lo tanto, a tratar de crear el mayor grado posible de gobernabilidad. Las reformas de la NGP en general han puesto mayor énfasis en el papel del gerente público en la tarea de gobernar, con lo que se busca reducir la posición dominante de los políticos.

La rendición de cuentas en el modelo de la NGP depende más del desempeño y menos de criterios políticos, lo que debilita los fundamentos políticos de la tarea de gobernar. La gobernanza, como enfoque alternativo para el sector público y, más específicamente, para la administración pública, representa un intento por involucrar más a la sociedad en la tarea de gobernar y por reducir los elementos jerárquicos del sistema. En el contexto de la gobernanza, las redes suelen considerarse un componente central de la capacidad de gobernar.

La idea fundamental es que en torno a toda área de política existe un conjunto de organizaciones y actores que la condicionan. Las redes ofrecen un vínculo entre el Estado y la sociedad que es distinto de las conocidas relaciones corporativistas, puesto que las relaciones de redes no surgen como respuesta a las demandas del sector público, sino que se constituyen de manera autónoma y existen en gran medida para escapar del Estado.

En su apertura a diversos puntos de vista, las redes pueden variar en el modo en que se vinculan con el Estado y las políticas públicas. Mientras más estrechos son sus vínculos con el gobierno más probabilidades tienen de ser efectivas, a largo plazo, en la obtención de los resultados deseables. 

Tener vínculos con el Estado puede implicar que las redes pierdan algo de la autonomía que necesitan para legitimarse y que sean cooptadas por el sector público. Pero también se perciben los escenarios de una especie de cooptación mutua entre los actores públicos y privados. 

La idea básica es revertir el dominio de los superiores jerárquicos e incrementar las posibilidades de elección. A diferencia de la versión de gobierno de la NGP, la elección que se ejerce es colectiva y política, más que individual y económica. En cierto sentido, el ciudadano vuelve a ser de nuevo un ciudadano, más que un cliente. 

El ciudadano puede participar con el gobierno como individuo o como miembro de un grupo que, a su vez, está organizado en red, pero existe una interacción del Estado y la sociedad con características del gobierno convencional y jerárquico.

La gobernanza para la administración del sector público y las políticas públicas es aún más descentralizada que el de la NGP. La gobernanza como modelo para el sector público y para la  Administración Pública plantea algunos retos fundamentales a las formas tradicionales de gobierno y a la NGP. Representa un intento por sobrepasar las jerarquías y el control de arriba-abajo dentro del propio sector público, y entre éste y la sociedad. 

El concepto de gobernanza en la administración pública, como modelo para conducir los destinos de los Estados y de las sociedades, es que constituye un medio para elevar el contenido democrático de dicha conducción.

El modelo de la gobernanza en primer lugar, tienden a desplazar el locus de la participación ciudadana del lado del insumo al lado del producto o resultado del sistema político. Desde la perspectiva de la NGP, los gobiernos obtienen su legitimidad casi por completo de los resultados que ofrecen a sus clientes.

En la gobernanza, en cambio, la legitimación depende de un elemento más democrático y político, pero tal legitimación política no fluye a través de los partidos políticos y las legislaturas electas, sino que deriva de las relaciones ciudadanas más directas con el gobierno y, en general con toda la estructura administrativa de las burocracias gubernamentales.

LECTURAS RECOMENDADAS:

Peters, Guy. 2005. “Gobernanza y burocracia pública: ¿Nuevas formas de democracia o nuevas formas de control?”. Revista Foro Internacional. El Colegio de México: Vol. XLV, Núm. 4.

Guttman, Dan 2004. “De gobierno a gobernanza: la nueva ideología de la rendición de cuentas, sus conflictos, sus defectos y sus características”, en Revista Gestión y Política Pública, México, Centro de Investigación y Docencia Económicas, Vol XIII, Número 1, primer semestre de 2004, pp. 5-40.


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